miércoles, octubre 28

Palabra Discipular Año IV Semana 191



Mateo 16, 21-28. Recomiendo a los hermanos que para el día de Hallowen no realicen actividad alguna para tratar de contrarrestar, pues el hecho de hacer cualquier cosa ya le damos más importancia que la que tiene. El mundo evangélico protestante celebra ese día el día de la Reforma protestante y en Chile, desde el año pasado es feriado legal en reconocimiento a que en un día 31 de Octubre, en Wittenber, Alemania, el año 1517   fue el que el cura Martín Lutero se rebela contra las malas prácticas religiosas de su iglesia, como era la venta de indulgencias con objetivos económicos cuando la gracia y el perdón de Dios son por su misericordia y desde ese día se desata en el mundo toda una revolución del Espíritu a favor de volver a las Escrituras, de ser más fieles a Dios,  un mayor desarrollo a la piedad, etc. Pero si se celebra esta fiesta no sea para frenar la de Hallowen, no, los que están en tinieblas seguirán en tinieblas a menos que se conviertan al Dios de la luz. Y que interesante que una de las naciones  que más celebra esta absurda y trasplantada fiesta es Norteamérica quienes a su vez es la principal nación evangélica protestante. Cuidado y ojo con esto pues hay hermanos en Chile que han estado promoviendo que en nuestro país se implante el Día de Acción de Gracias como se hace en Norteamérica, cuestión que es propia de su historia y cultura que no tiene nada que ver con Chile, además no saben que las mismas personas que celebran ese día, sus mismos hijos y adolescentes son los principales en participar en esta fiesta pagana con orígenes oscuros y ello no les da frío ni calor. Ha sido más fácil que nuestra débil cultura chilensis se vea influenciada por este tipo de manifestaciones negativas que provienen del extranjero que alguna menos nociva, y no tenemos como cristianos que celebrar ningún tipo de actividad en las iglesias para estar en contra, como fiestas de la luz, disfraces de color claro y de la imaginación infantil más tradicional,  vigilias, noches de alabanzas, que pueda oponerse a esta fiesta ridícula que tiene más seguidores cada vez en nuestras naciones sub-culturales. Cualquier actividad que se haga en contra no va a ser en absoluto vista por los incrédulos y hasta por los cristianos de espíritu débil sino como una forma más blanca nada más de participar de una fiesta así. La mejor forma de contrarrestar es estar en el hogar, es no abrir la puerta a esos grupitos que andan en las noches pidiendo dulces, es apagar sus luces y acostarse temprano como cualquier día normal. Y los padres con hijos pequeños prepararlos con tiempo para explicarles el porque los cristianos no participamos en esa fiesta. Claro, hay presiones en el barrio, pero no hay que dejarse dominar por esas presiones. Lo mejor es seguir evangelizando, es predicar a Cristo y por cada real converso y familia cristiana, habrá menos personas que en un año próximo no participarán en tan estúpida fiesta. Necesitamos eso si de padres cristianos comprometidos con Cristo y que no se dejen avasallar por la presión de los vecinos, colegios u otros grupos que aprovechan cualquier lesera para enfiestarse.
Respecto a la palabra pasada, quiero comentar que estoy terminando de preparar un sermón para la inauguración de un templo en una misión, en Las Cabras, y precisamente es en base al escrito de Pedro, el mismo que en este texto pasado el Señor le encomienda el Reino de los Cielos, y que interesante que en su primera epístola cuando comienza a enumerar las cualidades de una vida salva dice que es “preparen la mente para actuar” (1, 13), o sea, usen su inteligencia, uno de los más iletrados apóstoles pone en primera fila, de que el entendimiento debe estar en posición de servicio, que la inteligencia de un cristiano tiene que estar en pleno desarrollo, y eso lo hace muy interesante leerlo de él, así que las llaves recibidas no sólo tienen que ver con los primeros frutos de redimidos tantos judíos como gentiles, sino igual de campos o áreas del mismo desarrollo y madurez cristiana y creo que tenemos que leer sus dos opúsculos desde la perspectiva de la misión que Dios le encomienda en este instante y que de seguro que se hace extensiva a toda la Iglesia de Cristo.
1.       Desde la Gloria Suprema al Barro Humillante (21) Luego de tan apoteósica declaración que denota la misión de Jesús como Mesías o Cristo y de su naturaleza divina como  Hijo de Dios, Jesús no pierde el tiempo en extasiarse en tan grandes verdades sino que inmediatamente enfoca en enseñar a su iglesia naciente que su ministerio para llegar a su plenitud necesitaba pasar por el dolor y la muerte, para que finalmente en el acto de la resurrección recién tuviese completada la victoria, enseñanza que la iglesia de Cristo no solo debe entender respecto al Señor sino a su propio destino, en especial ante la tentación de la opulencia de la cual puede ser receptora y sentirse triunfadora en este mundo, recibiendo las ofertas que el Tentador constantemente está inventando para que ella se confunda en medio de las riquezas de este siglo y se mimetice en medio de las instituciones de este siglo que tienen éxito empresariales. El viaje hacia Jerusalén es el camino hacia el martirio redentor en donde todos los poderosos de la capital judía se iban a aliar en contra del Ungido. Lo glorioso de Dios, no fue tanto su resurrección, pues si es un dios, tiene poder sobre la muerte, si el mismo es fuente de vida, la resurrección es un resultado de su naturaleza propia de su divinidad que demostró en varios milagros relatados, el problema real, lo que verdaderamente es digno de tomar en cuenta es que Dios muera y muera de la manera más humillante, eso hace grande a Dios, no precisamente su resurrección sino su humillación suprema y Jesús, todo su ministerio estuvo marcado por el signo de la cruz, las marcas se van haciendo cada vez más nítidas, por ello, sabe que la iglesia incipiente necesita ser preparada para el momento de su mayor crisis, la muerte de Dios. Por ello Pedro, el mismo que estuvo en el pináculo de la revelación minutos antes ahora está en la sima de derrota al no comprender, naturalmente, que el camino de Jesús era necesariamente la muerte para que la vida pudiera emerger. El mismo Pedro que antes era el receptor de la inspiración misma de Dios para declarar la misión y naturaleza de Jesús en forma exacta y condensada, ahora, igual en pocas palabras es objeto de ser la voz del mismo demonio, al “reprender”  (gr.  ) a Jesús que ni se le ocurra tener que pasar por el Gólgota como un criminal. ¿Cómo es posible que en la misma persona se den tan dispares “revelaciones” y de origen tan dispares? La revelación, la teología, la exactitud en la Palabra, los chispazos espirituales, los momentos en la cúspide de Dios, no son ninguna garantía ante el descuido, ante las próximas horas, y lo demuestra que “grandes”  hombres de Dios han pasado de un momento a otro desde la gloria al barro más inmundo y todos los cristianos ninguno está exento a menos que persevere, que no se exalte en las revelaciones, que no se embelese en las iluminaciones, que no se enamore de su ministerio, que esté dispuesto a rechazar la adulación lo cual es capaz de derribar hasta al más fuerte si no se cuida. La solución, seguir poniendo la mira en lo de Dios, tener los pensamiento de Dios y no el de los hombres. Este episodio es una clara advertencia a la Iglesia en especial cuando el exitismo empieza a envolverla, cuestión que no es difícil, pues en más fácil para los cristianos ser infieles en medio de las riquezas, la prosperidad y de las felicitaciones  que en medio de las persecuciones y el rechazo.
2.       El Desafío Trilógico de Jesús a los Suyos (16,24). Y para que no quede duda en el resto de los discípulos y se tienten a seguir el camino de Pedro el cual es el camino natural, de la lógica humana, Jesús desafía a los mismos suyos, ni siquiera este es un llamado a personas que no pertenecen sino  a su círculo el íntimo, y les presenta cual es la triple condición que les llevará a ser verdaderos seguidores de Él y todo tiene que ver con renuncia, con entrega, con dedicación, y con esto les invita a ser partícipes de su cruz, de su historia, de su propia entrega en obediencia voluntaria al Padre. Por supuesto que nos les invita a  nada que Él mismo no estuvo dispuesto a realizar y en su máxima expresión. La iglesia perseguida del primer siglo y la iglesia sufriente en toda la historia siempre se ha debatido entre el camino de espinas y el camino fácil y barato, siempre ha sido tentación de los hombres esquivar en lo posible el calvario, incluso ya muchas iglesias ni siquiera predican de la cruz sino de los éxitos económicos que han obtenido gracias a ser cristianos dicen. Usan y abusan de unos pocos textos como “ser cabeza y no cola” olvidando todas las enseñanzas de Jesús quien nos invita que en el Reino de Dios “los últimos”, los “niños y los que son como niños”, “el servidor de todos”, el más pequeño y humilde, que esos son los primeros en el Reino, son éstos realmente los que están en la voluntad de Dios. La negación a si mismo, que invita Jesús no es a anular a la persona ni a sustituir su personalidad sino es a dedicar su vida a favor de los intereses del Reino y renunciar a una vida dedicada y centrada en si mismo.
3.       La Fórmula Perfecta para Obtener la Mayor Ganancia: Perder Todo(16, 24-25) Esto es absolutamente contrario a todos los principios economicistas que han existido en la humanidad desde que el hombre es hombre. Todo el mundo gira exactamente al contrario que este “principio” que establece Jesús. ¿Cómo es posible ser la persona con la mayor ganancia perdiéndolo todo?  Como todo el evangelio, indudable, siempre rompiendo los esquemas más amados por la carne, ahora Jesús establece este que hasta el día de hoy sigue sorprendiendo, incluso a los cristianos que hemos visto muchas veces que ser cristiano es el un buen  negocio, pues que a la vez no estamos dispuesto a perder nada, sino quedarnos con lo que somos y tenemos y engrosar nuestras posesiones con la fe, con los bienes espirituales. Amamos la comodidad, la diversión, el mundo y sus vaivenes, y sin abandonarlo ahora le sumamos nuestra peculiar cristiandad. Amamos a Dios sin dejar de amar el mundo. No estamos dispuestos a ser fanáticos decimos cuando se nos insta a ser fieles. Nos interesa un cristianismo moderno, enchulado, que no signifique renunciar a los placeres de este siglo ni a sus riquezas, ni a sus pecados favoritos. Estamos tranquilos con ser solo cristianos dominicales, no queremos arriesgar mucho más. Ni siquiera somos capaces de renunciar a lo que no es nuestro. Cuando se nos habla del diezmo nos molestamos, ni el diez por ciento somos capaces de dar, que más si se nos piden todo. Otros hasta se sienten incómodos cuando su religión les pide el uno  por ciento. Amamos nuestros planes, nuestras inversiones, nuestros placeres, aunque muchos rayen en la mundanalidad. No queremos abandonar nuestra música pagana favorita, siempre le encontramos una justificación del porque lo hacemos y siempre la encontramos sana aunque nos  muramos de angustias y amarguras, y no estamos dispuesto en la semana a ser oidor de palabra de Dios ni de música edificadora con ese mismo ahínco. La música de este siglo angustia, deprime, abre heridas viejas, atrae recuerdos de amores pasados y reviven el placer de la imaginación. Queremos ganar el mundo y a la vez seguir siendo cristianos cuando el llamado es perder para ganar, es tomar la cruz, en negarse a si mismo. El gran negocio a que nos invita Cristo es exactamente opuesto a toda la lógica que hemos hasta ahora tenido y que es parte de este siglo.
4.       La Última Generación (16, 27-28) Siempre la iglesia del Señor, en todos los tiempos, no tiene que dejar de pensar que ella puede ser la última generación de cristianos en la historia, pues el día que deja de creer en esto y siente que el Señor retarda tanto su venida, será signo inequívoco que se ha entibiado en su amor, se ha plantado tanto en este mundo que no da lugar a mantener la esperanza de la Venida del Señor aparte de tenerla solo como parte de su doctrinario, pero no parte de su corazón y pasión. Si bien la muerte de Jesús sella la redención de la humanidad, su resurrección es grito de esperanza y de una nueva creación que llega a su culminación histórica para expandirse en la eternidad sin límite alguno. El “Hijo del Hombre vendrá en la gloria del Padre”, es parte de la visión que la iglesia necesita tener sin perder la perspectiva del Calvario, pero puro Calvario sin gloria postrera es sólo resignación, es solo religión oscura, es solo sacrificio sin frutos. La promesa de su Venida y su realización nos prepara mejor para tomar nuestra cruz, para la renuncia, para que  no rindamos nuestros laureles a lo que perece y para que no nos maravillemos  fácilmente con las luces de nuestros siglos.
II.                  Misión Para la Vida (desde el 25 de Octubre de 2009 hasta ser totalmente partícipe de su humillación y de su glorificación (les amo p. Manuel HSC)

No hay comentarios:

Publicar un comentario