jueves, septiembre 24

Palabra Discipular Año IV Semana 186



Mateo 14, 1-21. A muchos lectores cuidadosos de la palabra discipular les llamó la atención lo que escribí sobre “la re-evangelización” de la iglesia, y de que al final las parábolas del capítulo 13, todas ellas, son un material que al final y al cabo son para la iglesia, para su crecimiento, madurez, reflexión, en fin, para que ella sea evangelizada, y justifico plenamente el término re-evangelización, la que tiene que ser una constante en toda nuestra trayectoria en la tierra, pues estamos expuesto cada día a perder el poder salino o la fuerza luminosa (Mateo 5, 13-16), o sea estamos cada día bajo presión de no vivir este evangelio o de vivir una especie de evangelio plano y gris, de tal manera que no arrojemos los frutos que deben esperarse de un árbol plantado del Reino de los Cielos. Esta necesidad que tiene la iglesia de Cristo de ser constantemente evangelizada se hace cada vez mayor en la medida en que el mundo en que vivimos se hace más seductor, en la medida igualmente en que los afanes de este siglo se hacen más sofocadores, en que las esperanzas se pierden más livianamente por razones del interés en otros tópicos que no dejan de ser interesantes, atrayentes y cautivadores. Una iglesia, o un cristiano, que cree que no necesita ser re-evangelizado cierra las puertas para su propia transformación diaria tan necesaria. Todos los textos evangélicos apuntan hacia los discípulos de Cristo, hacia su solidez, que tengan un carácter formado en la fe de tal manera que puedan afrontar las oleadas de tentaciones que les vienen y de enfrentar los nuevo desafíos que la historia les va deparando. Dios no espera de nosotros que seamos constantes niños dependientes de él, sino socios, colaboradores en su Reino, compañeros en las mil lides. Hoy tenemos una concepción de cristianismo que no encuentro en la Biblia, y se repiten ideas como “que el Señor controle toda nuestra vida”, “siempre quiero depender de ti”, “anúlame para que tú reines en mi”, ·yo desaparezco para que tu aparezcas”  y etc., cuando es exactamente lo contrario lo que Cristo vino a realizar de nosotros. Desde el control del pecado, desde la dependencia de los deseos, desde la anulación por el mal, al Señor no nos quiere llevar a la misma situación solo que cambiando su persona como el do minador de nuestras almas, no, claro que no, al contrario, lo que Cristo vino a realizar es darnos esa libertad que nos haga ser vencedores usando todos los poderes disponibles, nos vino a dar esas armas para que tengamos las destrezas de blandirlas, nos vino a regalar sus dones para que los multipliquemos, y eso requiere responsabilidad, diligencia, creatividad, decisión, capacidad, inteligencia. No vino Dios a la tierra para anularnos y dominarnos, si vino para que dejemos de estar anulados por el egoísmo, por la carnalidad y vino para que no estemos más dominados por las fuerzas de la incertidumbre, como sin esperanzas. La esperanza cristiana es la fuerza mayor que nos debe hacernos responsables de nosotros mismos. Dios no quiere “cabros chicos”, no quiere que seamos niños imberbes, no espera de nosotros que seamos personas ingenuas, ni cándidas, Él  dijo, que quiere vernos que seamos  como serpientes y como palomas a la vez, o en su parábola del administrador vivaz, que seamos mejor aún que ellos. Una especie de  evangelio que reduce al hombre converso a ser una persona sin personalidad, sin carácter, no es el evangelio de Cristo, es una parodia, es un chiste, pero no lo que Cristo vino a realizar. Hay demasiada prédica sobre este falso evangelio, es lo que más hay en los púlpitos, hay demasiadas canciones reducidoras de las posibilidades del hombre converso a ser copartícipe con Cristo en este Reino. Este Reino de los Cielos que viene a instalarse en la tierra ahora en gran parte depende de los hombres que lo abrazan, Dios el socio capitalista en esta empresa magnun ya ha puesto todas sus fichas en el tablero, espera de nosotros no algo distinto, sino que podamos visualizar las mejores estrategias en plena unidad con el Espíritu, agente divino de la acción de Dios en la tierra en conjunción con su iglesia. La iglesia debe ser como la esposa inteligente, trabajadora, emprendedora, sin miedos, negociante, proveedora, del capítulo 31 de Proverbios, que para nada es presentada como una mujer débil, sumisa, sin protagonismo. Las parábolas del Señor apuntan a esto y todo el evangelio y todos los escritos neo testamentarios.
  1. Cuando la Política se Endiosa (14, 1-12). Este relato cruel, sangriento, mutilador, en donde confluyen intereses políticos, ansias de poder, desmesura en los cargos administrativos, intrigas de palacio, en contra de la verdad, de la justicia, de la transparencia, de la honestidad, es solo apenas ilustrativo de una realidad que se sigue manifestando en el mundo entero, aún en las naciones más “cristianizadas”, claro, de diferentes formas, pero igual las ambiciones de poder nunca dejarán de estar en el corazón de los hombres, en especial en aquellos que han emprendido el llamado “servicio público”, que tantas veces se transforma en la sinvergüenza pública, en que a nombre de este mal necesario tantos siguen cometiendo crímenes alevosos contra aquellos que han puesto en ellos su confianza para que sean sus servidores, en cambio se han hecho sus amos y señores. Claramente las Escrituras nos enseña el deber de los que están en eminencia y cómo debe ser su comportamiento y si los doúlos (siervos) deben dar cuenta de su administración, cuánto más aquellos que ostentan el gobierno que es una forma de ser siervos. Herodes es representativo de todo tirano en la tierra que se ha apoderado de la administración. No sólo los que se apoderan de los reinos despóticamente son los que transgreden las mejores leyes e intenciones, sino los elegidos no escapan a ello, el problema es que el trono marea. Como hay un dicho que cual es  la diferencia entre la tiranía y la democracia, es solo que en democracia nosotros elegimos nuestros propios sinvergüenzas. Los ciudadanos esperan que el Estado pueda serles útil, cuando es el Estado que espera como exprimir a los ciudadanos para poder subsistir. El gasto administrativo de una nación ocupa gran parte de los recursos que el Estado recoge de sus ciudadanos, para auto sustentarse. Por ello hablar de política y gobierno es hablar de un mal necesario. Por ello Samuel y Dios reclaman contra Israel cuando éste quiere tener un rey “igual que las demás naciones vecinas”, y Dios y  Samuel advierten lo funesto que significará para la nación tener rey, lo cual será una gran pérdida mayor antes que ganancia como pensó ese pueblo(1 Samuel   ). El poder gubernamental en el texto de hoy, va unido al sexo, a la gloria banal, a la odiosidad contra los que se oponen, al crimen, a la fornicación. La verdad y la justicia, la luz y el testimonio incomodan al rey quien necesita destruirlos, en concomitancia con sus consortes.  No ha cambiado mucho desde entonces los políticos de hoy, siendo el amor al dinero, el enriquecimiento ilícito al costo de los fondos públicos, uno de sus principales pecados. Una y otra vez se destapan escándalos financieros, millonarias coimas, robos a destajos del erario público, por aquellos, los peores ladrones de una nación, con cuello y corbata y con títulos de presidentes, gobernadores, jueces, ministros, alcaldes, y tantos, que constituyen la gran cueva de ladrones de las naciones. Las consecuencias, como en los tiempos de Herodes, son los pobres, los desheredados, los que no tienen ejércitos (de leguleyos) que los defiendan, los que caen y sufren las consecuencias de aquellos que dirigen. Por eso luchan por el poder, por eso quieren la presidencia, por eso están dispuesto hasta renunciar a los valores que han tenido toda la vida con tal de obtener votos, a toda costa quieren el poder, no pueden vivir sin él, y hasta usan a veces a los mismos cristianos para lograr tribuna y votos, y cuántos de estos cristianos se dejan maravillar por estos “profetas del poder”, esperando probables migajas que les puedan caer.
  2. Entre la Soledad Necesaria y la Multitud Desorientada (14, 13-14). La iglesia necesita apartarse del activismo que la sofoca. Muchos líderes cristianos, pastores y no pastores, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, están convencidísimos que la existencia de la iglesia se justifica por la cantidad de actividades, y estos tienen una inventiva para llenar de actividades a sus congregaciones de tal manera que al final terminan sofocando su real vida y misión. Las organizaciones extra eclesiásticas quieren justificar su existencia por su parte, realizando mil y una actividad pues creen que ese es su destino, colaborando al aplastamiento de la vida y real misión de la iglesia. De todas partes se presiona contra el presupuesto de las congregaciones hasta dejarlas exhaustas, y por ende de los bolsillos de los creyentes, incluyendo o las amenazas del infierno a los que no aportan a todo o prometiendo las mansiones engalanadas a los generosos. Los pirigüeños (chilenismo:  expertos en pedir dinero para uno y otro fin) se multiplican, las iglesias son sofocadas. Los diezmos y ofrendas no bastan para financiar tantos planes, tantas actividades. Esta enfermedad de activismo atenta igual con el tiempo de las personas, ocupándoles para mil cosas, aparte de las actividades propias e indispensables, inventan una y otra reunión, actividad, etc., de tal manera que las 24 horas se hacen pocas para satisfacer a este monstruo que se ha instalado en la sociedad cristiana, e igual en la sociedad toda. Lo peor de todo esto es la enfermedades que produce tantas cosas que hacer y que la iglesia, llamada a ser la comunidad terapéutica para la sanidad de las almas en muchas ocasiones pasa a ser la peor de las bestias devoradora de paz, de reposo, de alegría, y ocasionando igual que el resto de este mundo, angustias, stress, iras, desencuentros, etc., porque las personas no disponen de más dinero, de más tiempo, de más capacidades, por el solo hecho de tener que responder a mil tareas. No nos extrañe que tenemos gran cantidad de eclesiásticos con problemas serios sicológicos, y es porque no sabemos ser iglesia, no conocemos la paz de Dios, el activismo ha reemplazado a la alegría, la fatiga al reposo del alma, los dones de Dios han sido trocado por una sinfín de tareas. No hemos aprendido a descansar, el consejo del Cohelét (el Eclesiastés, el Predicador)  no nos ha bastado, “todo tiene su tiempo”, pero no, solo tiene su tiempo hacer y hacer, y nada reposar, estar en paz, respirar. Algunos hasta tienen problemas de conciencia si tienen un día de ocio. Hay cristianos que juzgan sus congregaciones como poco espirituales porque no hay más actividades. Hay pastores que creen que deben ocupar todo el tiempo de sus hermanos y llenan las agendas con cientos de cosas. Las denominaciones cristianas son las peores en todo esto, aparte de las actividades propias de cada persona, las propias de cada iglesia, las propias de cada comuna, las denominaciones nacionales por su parte son terriblemente generadora de presiones tanto de solicitar dinero como de tiempo. Yo mismo pertenezco a una que sus reuniones administrativas semestrales ya no les queda tiempo en la semana, hasta ocupan los domingos, y con sus respectivos justificadores, aparte de todas las otras en las semanas. Tenemos que aprender, las iglesias y las personas a decir NO también. Jesús en este texto y en muchos pasajes más nos enseña a la iglesia que retirarse, descansar, estar a solas, es un tiempo necesario. Los cuarenta días en el desierto luego del bautismo no fue tiempo perdido, el mundo no cambia si un cristiano se va de vacaciones. Por supuesto, no deja tampoco de estar en comunión con Dios en medio de un tiempo de reposo necesario. Para la salud mental, física e incluso espiritual, se hace necesario como se dice hoy, cambiar el chip. Todo tiene su tiempo lo aplicó Jesús a su vida, a pesar de un tan corto ministerio supo tener tiempos de soledad o con sus discípulos o solo con los tres más cercanos, como fue en el monte en que tuvo una metamorfosis (transfiguró).. Ahora viene la multitud y no elude la tarea, acorta su descanso, ahora es tiempo de luchar contra los demonios, enfermedades, hambre, decepción. Mientras mejor sepamos estar a solas con Dios mejor podemos servir a los hombres. Seremos más sabios y eficaces en público en la medida que sepamos saber estar a solas con Dios. Jesús no inventa actividades, los  necesitados  vienen a Él. Cuántas organizaciones tenemos dentro de las congregaciones y denominaciones que a veces son más los puestos que se necesitan que las personas disponibles, de allí que tenemos duplicidad, o triplicidad de puestos en unas mismas personas. Jesús supo delegar, le dice a los discípulos que ellos le den de comer, y cuando hace el milagro dice el texto que él les dio a los discípulos y estos a la multitud, y luego ellos mismos recogen las cestas llenas, y todo el evangelio es un manual de repartir funciones, de compartir el trabajo. Una de las cosas que mata a muchos es que son siervos muy trabajadores pero malos líderes, un líder, al estilo de Jesús es quien comparte la tarea. Estudiamos ya en textos anteriores, que envió a doce de dos en dos, o sea se multiplicó por seis, y luego envió a 70, se multiplicó por 35. Y esto no mata a nadie, esto es compartir el trabajo, pero el trabajo necesario, no el innecesario. La mayoría de las actividades de las iglesias y denominaciones son innecesarias. La mayoría del uso de los fondos de las denominaciones son gastos y no inversiones en el Reino. Por ello y más, el desgaste es cada vez mayor. No es que existan tantos hermanos e iglesias tacañas, lo que existe más es organizaciones eclesiásticas sofocantes y que ahogan a sus miembros en vez de ser para su libertad, alegría y paz. El mundo es experto en exprimir a sus habitantes, tiene mil estrategias para hacerlo, y hay mil voces que se levantan para advertir esto pero cada vez es peor. La iglesia debe ser liberadora, denunciando esto y practicando a la vez principios de un cristianismo sencillo, liberador, pacificador. Veo en este texto a un Jesús no desesperado por el hambre de la multitud, incluso de lo poco puede hacerse mucho si hay una buena administración sabia y bendecida. No es más feliz ni tiene más aquel que tiene un mayor sueldo si es un mal administrador, si la mitad de su trabajo lo entrega a las grandes casas comerciales porque compra siempre con tarjetas, con cuotas, y no sabe vivir al día, al contado, gastando solo lo que tiene y no haciendo compras con dinero que aún no tiene, esto es comprando al crédito. Unos pocos panes y peces pueden en buenas manos servir a muchos. Una gran cantidad en manos de un irresponsable y mal mayordomo, puede llevar  a la bancarrota. Muchos se quejan de tener pocos recursos de dinero pero nunca piden perdón por usar mal lo que tienen. Los juegos de azar, las fiestas, el alcohol, las comilonas, los vicios, el desorden, las comprar con pagos a futuro, etc., al final son los que hacen que los poco o mucho se vaya como agua entre los dedos. La bendición de Jesús, su no desesperación, su paz, su alegría, su sabiduría, su gracia,  sobre tan poco hace el milagro de la multiplicación y todos son saciados cuando la gracia acompaña al que encabeza la distribución. Los discípulos en este pasaje representan las quejas, el disgusto, el pesimismo, las cuentas sin fe, ellos no ven la bendición, solo saben contar lo malo, no tienen vista para mirar la gracia, solo ven lo que ven, no ven más allá de sus narices. Cuántas iglesias no tienen pastor porque sus actuales dirigentes  sacan cuentas miserables, porque solo calculan con la mente y no con el espíritu, porque su fe no va más allá que su razón. Tantas iglesias no emprenden nuevos proyectos porque todos sus cálculos dan saldo en contra, y por ello ni siquiera ponen la primera piedra, porque solo calculan cuando tengan acumulada la montaña. Como alguien bien dijo, si estás dispuesto a emprender un proyecto nuevo casi imposible entonces es que eres un hombre de fe, o como otro dijo, el hombre que traslada montañas empezó trasladando piedras. Pocos panes y peces pueden ser el comienzo para revolucionar una nación. No pongamos los ojos en lo poco sino en que en manos de Dios junto a manos de hombres y mujeres de Dios sabios, este pan se multiplicará para su gloria. Mirar lo poco sofoca al Reino y a la iglesia y a las almas conversas, no seamos partícipes del pesimismo de estos discípulos, mejor seamos como el niño que entregó su merienda y recibió el gozo inefable de ver saciada una multitud, sin ser egoísta sino estando dispuesto a poner todas sus fichas en el tablero divino de la fe. Esta palabra discipular comenzó con una persona llamada Damaris Medina, luego fueron diez, después varios decenas de pastores, luego gran parte de la iglesia que gobierno, ahora supera los treinta mil los que la reciben cada semana, ya es un pequeño monte, y sigue creciendo, pero comenzó con una sola y preciosa piedra. El plan original es de 10 años en que estudiemos todo el Nuevo Testamento, ya vamos en el año cuarto, ahora nos faltan los libros más extensos, este actual, hasta 2 Corinto, a lo menos por seis a siete años más, con la gracia de Dios si nos da vida, o si no, otro lo continuará.  Este es un comentario no exegético, es algo expositivo, más que nada un “comentario pastoral”.
II. Misión Para la Vida (desde el 20 de Septiembre de 2009 hasta en paz darlo todo para que nadie se quede con hambre, solo así seremos saciados, incluso el que da) (vuestro, Manuel SHC, desde la hermosa ciudad huasa de Rancagua, para que seamos convertidos a la fe hasta la Venida de Jesús)  

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